Desde un punto de vista evolutivo y
social, la niñez es un periodo crítico en la vida del individuo, pues en esta
etapa se empiezan a producir diferentes transformaciones (en las relaciones
sociales, en la comprensión del entorno, etc.). A esto se une el hecho de que
los menores atraviesan dificultades relacionadas con las formas de pensar, de
consumir, de recibir información, etc., derivadas de las características de
nuestra sociedad actual (cambios de perspectiva en la captación de valores
fundamentales, omnipresencia de los medios de comunicación, cultura de lo
efímero, satisfacción inmediata, cambios en la forma de vivir los momentos de
ocio, etc.) (Castells, 2001). Por otro lado, la tecnología resulta
especialmente atractiva para la población infantil, ya que supone nuevas formas
de comunicarse, de ocio, de informarse, etc. Así, poco a poco, los niños y
adolescentes se han convertido en los principales usuarios de las TIC, a las
que dedican cada vez más tiempo y recursos económicos. En este contexto vemos
cómo las TIC, creadas para facilitarnos la vida, pueden también acarrean
numerosas complicaciones y riesgos, especialmente en la población de menores.
Teniendo en cuenta lo anterior y el hecho de que los menores son una población
susceptible de sufrir riesgos (tanto activos como pasivos) relacionados con el
mal uso de las TIC, vemos que es necesario investigar el entorno tecnológico
que rodea a los más pequeños para detectar las nuevas situaciones de riesgo que
pueden ser problemáticas para ellos. Así, podremos educar a los niños en las
tecnologías del aprendizaje y del conocimiento. Es decir, en el uso de esas
tecnologías para aprender a formarse. Si educamos a los niños y jóvenes en
valores en el mundo real seguramente cometan menos errores en el mundo virtual.
Teniendo lo anterior presente, se hará una investigación que nos ayude a
entender ¿Cómo afecta la tecnología en
el rendimiento académico de los estudiantes de básica primaria a nivel
nacional?

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